Ubicado en la renovada zona portuaria de Río de Janeiro, el Museo del Mañana (Museu do Amanhã) se alza como un ícono de la arquitectura neofuturista y una invitación a reflexionar sobre nuestro porvenir colectivo. Diseñado por Santiago Calatrava, el edificio se despliega sobre el Muelle Mauá como una estructura ligera, casi suspendida sobre el mar, evocando la silueta de un barco, un ave o incluso una planta que se abre al sol.
Inaugurado en 2015, en el marco de la transformación urbana impulsada por las Olimpiadas de Río, el museo es más que un contenedor de exposiciones: es un espacio de ideas. Aquí, el visitante recorre cinco grandes zonas —Cosmos, Tierra, Antropoceno, Mañana y Ahora— a través de instalaciones inmersivas que combinan ciencia, arte y tecnología. Cada sala invita a repensar nuestra relación con el planeta y las formas de construir un futuro más sostenible.
El edificio mismo es una declaración de principios. Sus “espinas solares” y sistemas de refrigeración que utilizan el agua de la Bahía de Guanabara reducen significativamente el consumo energético, mientras que la geometría móvil de su cubierta responde a las condiciones ambientales cambiantes. En conjunto, estas decisiones hacen del museo un ejemplo vivo de innovación aplicada al diseño arquitectónico.
Más allá de su espectacularidad formal, el Museo del Mañana propone una mirada profundamente humana: el mañana no está dado, sino que es una construcción compartida. Como visitantes, salimos no solo con imágenes impactantes de su arquitectura, sino con preguntas que atraviesan nuestro presente y se proyectan hacia los próximos cincuenta años.
En sus primeros meses superó el millón de visitas y fue galardonado como el Mejor Nuevo Museo de Centro y Sudamérica, consolidándose como un referente cultural y arquitectónico de la región. Un espacio donde el diseño, la ciencia y la sociedad dialogan en armonía, abriendo un horizonte que aún está por escribirse.
Texto y Fotografías por: Candelaria Gualda Egurza
Publicada en Septiembre de 2025